Ya se que me he hecho un poco de rogar con esta receta, pero no os voy a explicar por qué, seguro que os lo imagináis. El té matcha se lleva utilizando en alta cocina y repostería ya desde hace algunos años, pero cada día hay más adeptos a esté té verde japonés, en polvo. Su textura es tan fina con el talco y sus versatilidad a la hora de preparar dulces es increíble, pero también da buen resultado en algunos platos salados. El sabor, al ser diferente, suele sorprender a los que no están acostumbrados a este tipo de sabores, pero a las personas que les gusta se suelen hacer «adictas». Tiene muchas propiedades beneficiosas para la salud, es el que más tiene de todos los tés, porque se utiliza la hoja entera molida, y no es necesario infusionar, simplemente hay que mezclarlo previamente con un poco de agua caliente y un batidor de capuchino. Aunque es un poco caro, la cantidad a utilizar es muy pequeña, con lo cual la diferencia no es tanta respecto a otros tipos de productos.
Ya no os podéis ni imaginar cómo está con hielo, ahora que empieza el calor, es una bebida, energética, pero a la vez relajante.
Ingredientes:
- 500 gr de nata líquida
- 150 gr de azúcar
- 100 ml de agua
- 4 yemas
- 2 huevos
- 10 gr de té Matcha
Preparación:
Semimontar la nata.. Reservarla en la nevera.
Elaborar un almíbar clarito con 150 ml de agua y 150 gr de azúcar: Ponerlo en un cazo a hervir durante dos minutos. Dejar que pierda un poco el calor. Batir los huevos y las yemas e incorporarlos al almíbar lentamente. Poner en el fuego muy flojo sin dejar de mover hasta que espese se quede como una natillas de consistencia media. Al final, añadir el té Matcha y mezclar bien. Con thermomix: poner los ingredientes en el vaso y programar 5 minutos, 80 grados y velocidad 4.
Cuando la crema esté totalmente fría la mezclaremos con la nata en movimientos envolventes para que no se baje.
Volcar en un bol y meter en el congelador hasta que se solidifique completamente.
Sacarlo 5 minutos antes de consumir. Es conveniente que mientras se está congelando se le den unas vueltas dos o tres veces para que quede más esponjoso.
Y después del café, unas deliciosas galletas crinkles de té matcha.
¡Os dejo también un vídeo para que podáis ver cómo se prepara un «auténtico» Matcha Latte.
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