BUTTERMILK:
En algunos lugares es algo complicado encontrarlo, lo podéis hacer en casa muy fácilmente y el resultado es el mismo.
Poner en un cuenco 240 ml. de leche, añadirle una cucharada rasa de zumo de limón y dejarlo reposar durante 10 minutos a temperatura ambiente. Mezclarlos todo y ya está listo para usar. El aspecto es como de “leche cortada” pero no os preocupe porque es así como debe de quedar. El buttermilch o buttermilk se utiliza porque le da una textura especial a los bizcochos.